Este sábado, la escena electrónica tomó un giro inesperado y maravilloso hacia Comillas, Cantabria, gracias a la innovadora propuesta de nuestros amigos de El Pernau. Por primera vez, y sin necesidad de recorrer largas distancias, pudimos vivir una experiencia techno al lado de casa, en un entorno que combinaba la belleza de lo local con el pulso de la música global.

El Pernau, este pequeño club escondido en el casco histórico de Comillas, se reveló como un tesoro lleno de sorpresas. Desde el primer momento, el ambiente acogedor del local, adornado con un juego de luces que simulaba un tablero de ajedrez en el techo, nos invitó a sumergirnos en una noche de baile y desconexión. El sistema de sonido JBL elevaba cada nota, creando un espacio donde la calidad musical era indiscutible.
La promesa de una noche familiar se cumplió con creces gracias a un line-up que combinaba talento local e internacional, todos afincados en Cantabria. Felipe Colina abrió la velada con su techno clásico, encargado de realizar el warn up, preparando la pista para el plato fuerte: Christian Wünsch. Conocido por su influencia en la escena electrónica durante más de dos décadas, Wünsch entregó un Live set que capturó a todos, mezclando su característico techno enérgico con una profunda alma subliminal. Miguel Lastra cerró la noche con una fusión magistral de hard groove y techno clásico, manteniendo alta la energía hasta el último momento.

Más que una noche de fiesta, lo vivido en El Pernau nos deja una reflexión profunda sobre la vitalidad de la escena techno y el valor incalculable del talento y los espacios locales. Esta experiencia nos recuerda que la magia puede encontrarse a la vuelta de la esquina y que el apoyo a los artistas locales es fundamental para mantener viva la llama de la música electrónica.
La noche en El Pernau no solo quedará en nuestra memoria como una exhibición sin precedentes de techno cántabro, sino también como el comienzo de una relación duradera con un lugar que supo acogernos y ofrecernos una noche excepcional. Con la certeza de que la escena está más viva que nunca, miramos hacia el futuro con entusiasmo, esperando volver a vivir momentos tan especiales como el que El Pernau nos regaló.

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