Crónica VOLCANO: Una erupción de ritmos.

Al amparo de la imponente naturaleza de Cantabria, el ZUL abrió sus puertas para una jornada de hard techno sin igual. La segunda edición de VOLCANO, con su cartel en llamas, prometía ser la cumbre de la música electrónica. Desde el mediodía hasta la madrugada, los beats más intensos estaban listos para resonar en el acantilado.

Aunque las agujas del reloj marcaban las 12:00 para el inicio, nuestra aventura comenzó a las 14:00, justo a tiempo para ser arrastrados por la ola de energía que Carlos M desataba. Su set, un verdadero espectáculo de sonidos groove, nos hizo vibrar con temas como "Demente" de Andres Campo. El ambiente, ya eléctrico, se cargó aún más con la llegada de Koldo LC, que asumió la ardua tarea de calentar la pista para la sensación de la noche: Not A Headliner. 

 

La sesión de Not A Headliner, con su meticulosa selección de pistas, fue un torbellino musical que no dio tregua. Entre los temas que retumbaron en las paredes del ZUL, resonaron "Sans Souci" de Oscar Mulero y "Zamal" de Christian Wünsch. La pista de baile se convirtió en un viaje a través de las texturas del techno, enriquecido con producciones propias como "Not A Headliner - You Should Go Out Of My Space". La intensidad de su set creó un magnetismo del que nadie quería desprenderse, ni siquiera por un respiro de aire fresco, ya que cada segundo bajo su hechizo era hipnótico

 

No hubo tregua, y el turno de PETDuo confirmó su reputación, demoliendo el ZUL con un hard techno que casi perfora el techo con sus vibraciones sónicas. PETDuo asumió el control, y con temas como "Orbiton" ya sonando al entrar, quedaba claro que la intención del dúo brasileño era mantenernos en un estado de trance. La energía en la sala se elevó una sucesión de temas como su remix de "The Horrorist - Take This Step" y "Pet Trio - Dance or Die", que preparaban el escenario para la aparición estelar de Biia.

 

La reina de la noche, Biia, no dejó espacio para la duda: estaba allí para hacer temblar los cimientos del ZUL. Con temas como "Don't Get Lost In Heaven" y "Beyond The Limits", la portuguesa no solo cumplió su cometido, sino que lo superó, convirtiendo el espacio en un volcán en plena erupción, expulsando la esencia del hard techno por cada rincón de la discoteca. Su presencia, imponente, coronó la experiencia VOLCANO, sellando la noche con el poderío de una verdadera maestra del género.

 

Con la pista aún resonando por el paso arrollador de BIIA, Iker Domaika tomó el mando con una promesa implícita de intensidad. Y vaya si cumplió. Su set fue una declaración de principios, un hard techno sin concesiones que capturó a la multitud en un vórtice de ritmos implacables. Iker, con cada beat y transición, confirmó que no solo había encontrado su sitio en la escena hard, sino que estaba allí para redefinirla. Su sonido, cada vez más enraizado en el hard, ratificaba que había encontrado su hogar en el género.

 

Tras la energía implacable de Iker Domaika, el ambiente estaba cargado, listo para recibir a David MK, un residente emblemático del ZUL y figura clásica del norte con raíces en la legendaria Newguass. Su set estaba destinado a ser una transición fluida, pero marcada, entre ritmos sin filtros y la evolución sonora que la noche estaba a punto de desplegar.

Al acercarnos al final, la emoción se palpaba en el aire. K-Style emergió como el narrador de esta última fase, tejedor de momentos que se balanceaban entre la euforia y la nostalgia de un adiós inminente. Su música, siempre una carta de amor al techno, sirvió de preludio perfecto para el acto de clausura de la noche.

 

Carlos Pérez, el soberano indiscutible de la escena electrónica del norte, no defraudó. Con su destreza y pasión, ofreció un cierre digno de la leyenda de ZUL. Cada selección musical fue un capítulo más en la historia que se contaba esa noche.

 

Y así, mientras Carlos Pérez dejaba su última huella sonora en la memoria colectiva, las luces se encendieron, destellando sobre las caras extasiadas y sudorosas. Era la señal inequívoca de que el viaje a través de la intensidad del techno había llegado a su fin. Algunos, con la satisfacción de una noche completa, comenzaron a despedirse, mientras que otros, con la energía aún recorriendo sus venas, deseaban que la fiesta continuara.

 

Pero si algo teníamos todos claro, mientras nos alejábamos del acantilado del ZUL, era que habíamos sido parte de algo trascendental. La experiencia VOLCANO había sido más que un evento; había sido un encuentro con la esencia misma del hard techno, un ritual de sonido y movimiento que nos unió a todos en un trance colectivo. En días como este, cuando las últimas notas musicales se funden con las luces que iluminan el fin de un capítulo inolvidable, es cuando realmente comprendemos la esencia del ZUL. No es solo una ubicación geográfica ni un simple espacio de baile. El ZUL es un sentimiento, una comunidad vibrante de almas unidas por la pasión del ritmo y el techno

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Comentarios

Laura
hace un año

CON CADA PALABRA LEÍDA UN SENTIMIENTO DISTINTO…EN COMÚN? TODOS ELLOS SENSACIONALES

Keka💖
hace un año

EL LUGAR Y SUS RESIDENTES HACEN DEL ZUL UN SITIO MAGICO DONDE PODER DISFRUTAR DE TODO EL ENTORNO SIENDO UNO MISMO. LARGA VIDA AL ZUL 🫶

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